Yo tenía una tía
que se llamó Agnes Horan. Mi tía
trabajaba como una secretaria, pero ustedes podrían pensar que ella era una
estrella de cine basado en su nombre.
Un día, mi tía
viajó por Europa por barco, y compró un boleto de segunda clase. Pero tenía ganas de tomar el sol en la
terraza de primera clase. Cuando el
mayordomo la miró, le dijo, “Lo siento, señora, pero no creo que usted haya
comprado un boleto de primera clase.”
Mi tía le respondió, “Es claro que usted a me no reconozca. Soy Agnes Horan.” “¡O, Señora Horan, perdóneme, si me hace el
favor!” dijo el mayordomo. “Yo no
reconocí a usted. Usted puede tomar el
sol aquí, si prefiere. ¿Puedo ofrecerle a
usted un cóctel?”
Mientras
viajábamos de Phoenix para Madrid, tuvimos que cambiar los aviones en
Charlotte. Estábamos retrasados en el aeropuerto por
muchas horas. Yo tenía ganas de pasar el
tiempo en el Club de los Almirantes, pero no quería pagar nada por un boleto diario. Sin embargo, no pude convencer
al conserje para pasarme gratis.
Cuando le dije a
mi familia por correo electrónico lo que ha pasado, mi hermano respondió,
“Evidentemente no dieron cuenta de que tú eres el sobrino de Agnes Horan.”
Tuve que reírme.
No comments:
Post a Comment